La Ermita de San Bartolomé y San Blas.
Cartas del párroco de Valdepeñas en 1895 relatando el hundimiento de la Ermita de San Blas el 17 de Enero.
Parroquia de Valdepeñas
// Enero, 19 de 1895. Oficiese el sentimiento que ha causado la noticia, Y procure guardar en sitio seguro los materiales utilizables. Lo acuerdó su señoría el muy ilustre gobernador eclesiástico, de que certifico. Rúbrica, Guardia.//
El infrascrito cura propio de este Iglesia Parroquial, a vuestra ilustrísima con el mayor respeto posible, tiene el gran disgusto, de poner en conocimiento de vuestra ilustrísima que en la noche del día diez y siete del corriente y a alrededor de las nueve, se me dio aviso del hundimiento de la Iglesia Ermita de San Blas de esta villa, al reconocimiento siguiente y acompañado del señor alcalde-presidente, del juez municipal, para los efectos oportunos, se personó el que suscribe, en el lugar del siniestro y se halló con la Iglesia completamente hundida y parte de la casa contigua de servicio, propiedad de esta parroquia, por fortuna no hubo que lamentar desgracia alguna personal.
Como medida preventiva, por quedar parte de la Iglesia y de la casa mencionada con peligro de hundirse también por completo, y obtenida la venia del señor alcalde, dispuso el que suscribe que se quedarán los agentes de policía y los vecinos al cuidado, tanto del edificio, y demás materiales (…) del hundimiento, así se realizó, y el día de hoy se procedió al completo derribo de lo que amenazaba peligro y procurando recoger de entre los escombros lo que pueda ser de alguna utilidad todo lo cual se está aglomerando cuidadosamente en los locales de la Parroquia.
Las imágenes, ya hace 5 o 6 años que se trasladaron a la parroquia así como también todo lo que hubiera con destino al culto.
En virtud a no disponer de fondos esta parroquia, y mucho menos para poder reconstruir el edificio, lo pongo en conocimiento de vuestra ilustrísima para que determine lo que a bien tenga respecto al solar, si es que algo puede hacerse en estas circunstancias, sin haber fondos en fábrica, mi esperanza de poder recaudar de la piedad a los fieles.
Dios guarde a vuestra ilustrísima muchos años.
Valdepeñas, 18 de enero de 1895.
Rubricado. Manuel Santiago Garrido.
Excelentísimo, Ilustrísimo señor obispo de esta diócesis
+
Valdepeñas y enero 19 / 95
Señor don Francisco Fernández.
Mi estimadísimo señor Deán.
Hoy habrá usted recibido el oficio que dirigí a su autorizada persona dando conocimiento del hundimiento de la Iglesia Ermita de San Blas y de la casa contigua, propiedad todo de esta parroquia de mi cargo, y aunque en el oficio di algunos detalles, creo que es necesario ampliarlos aún más para el mejor conocimiento de usted y determinación sobre este asunto, dentro de plazo tendré el gusto de visitar a usted, pero cómo puede haber urgencia en este asunto opino ser mejor escribir.
Hoy y ayer se ha estado acabando de derribar lo que quedó de pie y ruinoso, pero se continuará hasta concluir la teja, un poco de ladrillo Y las maderas que puedan utilizarse, la estoy recogiendo y poniendo en cobro, pero hay además algunos sillares que sea hallaban formando las esquinas del edificio, los tales sillares opino que se vendan, si es que hay quién los compre; digo esto por ser mejor que trasladarlos a la parroquia u otro sitio seguro, pues sus traslado habría de costarnos quizás, lo que valen o más; las puertas de la calle están en muy buen uso y han sido resguardadas del hundimiento casi milagrosamente, es lo único que había de algún valor y ha sido ileso; dichas puertas, preciso colocarlas en otra Iglesia, la de San Sebastián, que tiene malas las suyas.
El levantar la iglesia creo es una utopía, es imposible porque sería necesario gastar de tres a cuatro mil duros. El solar quizá quieran comprarlo para edificar casas, una de las paredes, la de detrás, sirve de trasera a una acera de casas Y el hundimiento ha sido de atrás hacia delante, derrumbándose todo sobre una ancha plazoleta, por lo cual no han tenido que sufrir nada las casas de enfrente, la casilla antigua o la iglesia, la tenia Ruiz dada gratuitamente para habitación de unos pobrecitos, los cuales por hallarse en Martos en la aceituna se han librado, quizás, de la muerte.
Retablos no había ninguno ni tampoco altares, los dos que había eran de yeso.
Las imágenes ya sabrá usted que hace 5 o 6 años que fueron trasladadas a la Parroquia.
Las maderas que se han recogido serán poquísimas para reparar el tejado de la parroquia, que está muy malo, que el día menos pensado nos da otro susto.
Sin más por hoy, celebraré que el señor obispo este mejor de su enfermedad Y que usted esté bien. Suyo afectísimo.