Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre 22, 2006

"Mozart, Pergolesi y las oropéndolas"

Reproduzco hoy un segundo artículo de D. Luis Caballero Pozo, dedicado a un breve análisis de unos de los aspectos más desconocidos de nuestra naturaleza: las aves, y en especial una, la oropéndola y su canto. Se publicó en la Revista Lugia en 1988. Si me preguntáis qué música me gusta más, si la música de la naturaleza o si la que hacen algunos hombres privilegiados, estaría en un aprieto. Pero empezaré diciéndoos que según leemos en La Ilíada (lo pongo lejitos) los hombres más antiguos de nuestra civilización tocaron la flauta o también los huesos huecos, las sonajas o, simplemente, los platos, caracolas y otros instrumentos caseros. Y todos éstos y muchísimos más se convirtieron en instrumentos musicales que armasen más o menos ruido. Según parece fue Orfeo el que reglamentó un tanto éstas cosas y utilizó instrumentos apropiados, cantó al son y compás de sus inventos, encantando a los hombres y a los dioses. Pero la invención de la música es mucho más antigua que aquella que tocaban

Los de Jaén en Alcalá: el Doctor Ruiz Malo

Parafraseando a Alfredo Cazabán en su serie de artículos sobre "Los de Jaén en América", que publicó en su Don Lope de Sosa , coincidiendo con la gran apertura al público investigador del Archivo de Indias de Sevilla, de donde rescató gracias a un giennese que ocupó la dirección del archivo, los testimonios de la historia y las historias de los gienneses que viajaron a América, que allí prosperaron y dejaron su impronta; me gustaría usar ese título para enlazar una de las cuestiones que más me han llamado la atención desde que llegué por primera vez a la ciudad de Alcalá de Henares: la presencia de Jaén y lo giennense en la ciudad complutense. Juan Gómez de Mora trazaba este claustro de la imagen de arriba, para el patio del Colegio de San Ildefonso, de la Universidad de Alcalá, cuando por aquellos días era rector de la institución un gienennese formado en Alcalá: el doctor Pedro Ruiz Malo de Molina. Es un claustro hermosísimo, además de todo un escenario para representar los