
El Arco de San Lorenzo es el último vestigio de la iglesia del mismo nombre que se asentó en este lugar en el siglo XIII.
En él se rinde culto a un antiquísimo crucifijo invocado en épocas de calamidad y necesidades.
La devoción en Valdepeñas es muy temprana en la historia. Prácticamente todos los testamentos en los que se dejaban misas a decir tras la muerte contemplaban que en el "Arquito" (término con el que se designa) se dijeran sufragios por las almas.
Hoy traemos a la memoria éste curioso vestigio de la religiosidad, que sigue teniendo su repercusión pues, aún, los valdepeñeros de más edad tienen una parada obligada en su "Arquito".
Texto : Francisco Armenteros Caballero